1934. La prohibición fue derogada (la Ley Volstead se aplicó desde el 17 de enero de 1920 hasta el 7 de abril de 1933). El sindicato buscaba nuevas fuentes de ingresos. Frank Nitti expande su imperio y persigue pequeños teatros con su extorsión. Una noche, cuando el propietario del teatro, Harold Coldman, se negó a pagar, Nitti hizo que su pistolero Louie Campagna arrojara un poco de ácido en la cara de Coldman, cegándolo. Eliot Ness y sus hombres están en el caso: esto es sólo el último de una serie de asaltos y palizas; incluso un teatro fue quemado. Ness sabe que si permite que Nitti se salga con la suya extorsionando a los pequeños propietarios de teatros independientes, en unos meses Nitti perseguirá a las grandes cadenas.
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